Hoy se celebra el día de Pinocho
La
editorial Kalandraka ha mimado esta
edición, que es todo un tesoro.
Carlo
Collodi, italiano cuyo verdadero
nombre era Carlo Lorenzini, publicó en 1881 por entregas para
una revista de cuentos infantiles Las Aventuras de Pinocho,
que es considerada hoy como una obra clásica de la literatura infantil.
Todos
conocemos esta historia. Os confieso que yo la leí primero en un
libro con viñetas, de Disney, y me dio mucho miedo. Pero luego me regalaron el
“auténtico”, una vez que estuve enferma, y me atrapó por las aventuras, por los
malos momentos que pasas si no te portas bien, pero también por el mensaje
claro de que puedes cambiar y que el cambio te transforma. Tan solo debes
quererlo.De este
cuento podemos extraer muchos mensajes que no han perdido interés para niños y
mayores, a pesar de los más de 100 años que nos separan.
Y entre todas las ediciones , esta se hace muy especial
porque el ilustrador es Roberto Innocenti, uno de los grandes
grandísimos, también italiano y ganador del premio Hans Christian
Andersen en 2008.
Sus ilustraciones están repletas de asombrosos detalles
fruto de manera que podremos apreciar el ambiente, la cultura, objetos y
personajes de la época en que se ideó la narración. Nos permite disfrutar de
las callejuelas y viejos edificios, de los atuendos y actividades de las
personas, con la habilidad de colocarte como espectador desde diferentes
ópticas: un picado, un contrapicado, un primer plano, una panorámica…
Había una vez…
“Un rey”, dirán enseguida mis pequeños lectores.
Pues no, niños; estáis equivocados. Había una vez un
trozo de madera que no tenía ningún valor. Era sólo un trozo de leña, de los
que echan en las estufas…
… Apareció en el taller de maese Antonio, conocido como
maese Cereza, por su nariz colorada. Al desbastarla con su hacha, la madera
habló: “No me pegues muy fuerte “.
Así comienza esta potente historia de un trozo de leña, que
en manos de un carpintero, Gepetto, al que llamaban Panocha por
su peluca amarilla como el maíz, convirtió en un muñeco de madera y que corrió
la aventura de transformarse en un niño de verdad.
Pinocho es un muñeco de madera
insolente y sin
educar. Tiene poca
voluntad y se arrepiente
constantemente de lo que hace. No
será fácil el camino de la
educación; nunca lo ha sido.
Cuando siente el cariño de Geppetto,
se llena de promesas: portarse mejor, ir a la escuela, aprender un oficio o ayudar
a su padre… pero !son tan difíciles de cumplir!, ¿cómo resistirse a las
tentaciones que le rodean?
Si hay un mentiroso famoso en el mundo mundial, éste es Pinocho.
Llegó a mentir tanto, que la nariz le crecía muchísimo, de modo que no podía
girarse hacia ningún lado en una habitación, porque la nariz le llegaba al
extremo de la pared.
Las mentiras se descubren enseguida, pues sólo las hay de
dos tipos: las que tienen las piernas muy cortas y las que tienen las narices
muy largas.
¡Cuántas veces nos
han dicho eso de “te va a crecer la
nariz”
Y entre tantas enseñanzas, tantos sentimientos y tantas
emociones, conoceremos a un enorme Titiritero cubierto de pelo
con un buen corazón, a un Grillo parlante, a un malvado Gato y
una perversa Zorra, al Hada de los cabellos azules, a Mecha en
el País de los juguetes donde son vacaciones todo el año, las
fauces de un Tiburón gigante…
Y también viviremos las transformaciones del muñeco en las
distintas etapas de su vida.
Es Geppeto quien moldea el leño parlante y se
convierte en su padre. Es muy, muy pobre y siempre está dispuesto a darlo todo
por su hijo. Es muy tierno el siguiente párrafo:
Geppetto que era pobre y no tenía un céntimo en su bolsillo, le hizo a la marioneta un trajecito de papel de flores, un par de zapatos de corteza de árbol y un sombrero de miga de pan.
Geppetto que era pobre y no tenía un céntimo en su bolsillo, le hizo a la marioneta un trajecito de papel de flores, un par de zapatos de corteza de árbol y un sombrero de miga de pan.
Y también este otro, lleno de humor, cuando le pregunta el
titiritero a Pinocho sobre la profesión de su padre:
¿Cuál es el oficio de tu padre?
Es pobre, gana lo necesario para no tener nunca un
céntimo en el bolsillo.
Geppetto está empeñado en conseguir que su hijo
sea una persona buena y con voluntad y saldrá en su busca durante largo tiempo
hasta que en un naufragio, cae en el abismo de la boca del tiburón gigante
(¿pensabas que era una ballena?).
En su barriga estuvo viviendo durante dos años, hasta que Pinocho le
rescató.
Un mañana todo cambió y Pinocho se
convirtió en un niño de verdad.
Fue un largo y duro aprendizaje para un muñeco que tuvo que
aprender a vivir desde el corazón de los demás.
Cuando los niños que han sido malos se vuelven buenos,
tienen la virtud de hacer felices a sus familias.
Y nos muestra que
ante las dificultades podemos y debemos superarnos.
Fuente : Biblioabrazo.