lunes, 23 de febrero de 2015

Día de Pinocho

Hoy se celebra el día de Pinocho



La editorial  Kalandraka ha mimado  esta edición, que es todo un tesoro.
Carlo Collodi, italiano cuyo verdadero
  nombre era Carlo Lorenzini, publicó en  1881 por entregas para una revista de cuentos infantiles Las Aventuras de Pinocho, que es considerada hoy como una obra clásica de la literatura infantil.
Todos conocemos  esta historia. Os confieso que yo la leí primero en un libro con viñetas, de Disney, y me dio mucho miedo. Pero luego me regalaron el “auténtico”, una vez que estuve enferma, y me atrapó por las aventuras, por los malos momentos que pasas si no te portas bien, pero también por el mensaje claro de que puedes cambiar y que el cambio te transforma. Tan solo debes quererlo.De este cuento podemos extraer muchos mensajes que no han perdido interés para niños y mayores, a pesar de los más de 100 años que nos separan.
Y entre todas las ediciones , esta se hace muy especial porque el ilustrador es Roberto Innocenti, uno de los grandes grandísimos, también italiano y ganador del premio Hans Christian Andersen en 2008.
Sus ilustraciones están repletas de asombrosos detalles fruto de manera que podremos apreciar el ambiente, la cultura, objetos y personajes de la época en que se ideó la narración. Nos permite disfrutar de las callejuelas y viejos edificios, de los atuendos y actividades de las personas, con la habilidad de colocarte como espectador desde diferentes ópticas: un picado, un contrapicado, un primer plano, una panorámica…
Había una vez…
“Un rey”, dirán enseguida mis pequeños lectores.
Pues no, niños; estáis equivocados. Había una vez un trozo de madera que no tenía ningún valor. Era sólo un trozo de leña, de los que echan en las estufas…
… Apareció en el taller de maese Antonio, conocido como maese Cereza, por su nariz colorada. Al desbastarla con su hacha, la madera habló: “No me pegues muy fuerte “.
Así comienza esta potente historia de un trozo de leña, que en manos de un carpintero, Gepetto, al que llamaban Panocha por su peluca amarilla como el maíz, convirtió en un muñeco de madera y que corrió la aventura de transformarse en un niño de verdad.
Pinocho es un muñeco de madera 

 insolente y sin educar. Tiene poca

 voluntad y se arrepiente 

 constantemente de lo que  hace. No 

será fácil el camino de la 

educación; nunca lo ha sido.

Cuando siente el cariño de Geppetto,
se llena de promesas: portarse mejor, ir a la escuela, aprender un oficio o ayudar a su padre… pero !son tan difíciles de cumplir!, ¿cómo resistirse a las tentaciones que le rodean?



Si hay un mentiroso famoso en el mundo mundial, éste es Pinocho. Llegó a mentir tanto, que la nariz le crecía muchísimo, de modo que no podía girarse hacia ningún lado en una habitación, porque la nariz le llegaba al extremo de la pared.
Las mentiras se descubren enseguida, pues sólo las hay de dos tipos: las que tienen las piernas muy cortas y las que tienen las narices muy largas.
¡Cuántas veces  nos han dicho  eso de “te va a crecer la nariz”
Y entre tantas enseñanzas, tantos sentimientos y tantas emociones, conoceremos a un enorme Titiritero cubierto de pelo con un buen corazón, a un Grillo parlante, a un malvado Gato y una perversa Zorra, al Hada de los cabellos azules, a Mecha en el País de los juguetes donde son vacaciones todo el año, las fauces de un Tiburón gigante…
Y también viviremos las transformaciones del muñeco en las distintas etapas de su vida.
Es Geppeto quien moldea el leño parlante y se convierte en su padre. Es muy, muy pobre y siempre está dispuesto a darlo todo por su hijo. Es muy tierno el siguiente párrafo:
Geppetto que era pobre y no tenía un céntimo en su bolsillo, le hizo a la marioneta un trajecito de papel de flores, un par de zapatos de corteza de árbol y un sombrero de miga de pan.
Y también este otro, lleno de humor, cuando le pregunta el titiritero a Pinocho sobre la profesión de su padre:
¿Cuál es el oficio de tu padre?
Es pobre, gana lo necesario para no tener nunca un céntimo en el bolsillo.
Geppetto está empeñado en conseguir que su hijo sea una persona buena y con voluntad y saldrá en su busca durante largo tiempo hasta que en un naufragio, cae en el abismo de la boca del tiburón gigante (¿pensabas que era una ballena?).
En su barriga estuvo viviendo durante dos años, hasta que Pinocho le rescató.
Un mañana todo cambió y Pinocho se convirtió en un niño de verdad.
Fue un largo y duro aprendizaje para un muñeco que tuvo que aprender a vivir desde el corazón de los demás.
Cuando los niños que han sido malos se vuelven buenos, tienen la virtud de hacer felices a sus familias.
Y nos muestra que ante las dificultades podemos y debemos superarnos.

Fuente : Biblioabrazo.

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